
El camino del corazón es el relato onírico de la artista Inari Kuko, personaje de ficción, protagonista del largometraje documental con el mismo nombre. Una película que tiende un puente entre España y Japón a través de sus dos caminos de peregrinaje más antiguos y emblemáticos: el Camino de Santiago y el Shikoku Henro.
Inari, recorre ambos senderos sumergiéndose en la búsqueda del sentido, el origen y el espíritu de la palabra, utilizando el shodō, como vehículo. Una reflexión sobre la meditación del caminar y sobre el proceso de perfección en los bunbo shiho, los cuatro tesoros de la caligrafía: fude, sumi, suzuri y washi. En su travesía se relaciona con peregrinos, monjes, artesanos y calígrafos, quienes dan voz a esta historia universal sobre la búsqueda interior y el poder de la palabra.

La artista es el alter ego de los creadores de esta historia: Carla Cañellas y Eugenio Tardón, quienes han unido, en este proyecto, sus pasiones por el shodō y la fotografía.
Esta muestra se compone de tres partes: dibujos, fotografías e instalaciones de vídeo. Asimismo, la exposición incluye un vídeo promocional de la película que se estrenará a principios de 2025.

La expresión de Carla Cañellas se traduce en dieciocho dibujos y una animación donde la tinta perfila el alma del vacío, completando sus formas con los sutiles y mínimos trazos de absoluta influencia japonesa. La importancia de la pincelada única e inmediata nos habla del valor de la observación en el instante, del aquí y del ahora.

La mirada de Eugenio Tardón se distribuye en tres series de fotografías.
En primer lugar nos ofrece un desdoblamiento del Iroha, poema japonés, distinguido por ser un pangrama perfecto, creado por el monje Kūkai (774–835).
La segunda serie de ocho fotografías es una triple exposición de los caminos de peregrinaje y sus detalles, abriendo una ventana tridimensional a las dos culturas.
La última serie se compone de dieciséis imágenes de las manos de los artesanos de los bunbo shiho, asentando la atmósfera de la meditación de sus creaciones.



La convivencia y dialogo de ambos artistas se plasma en las diferentes instalaciones de vídeo que completan la muestra. Mediante la poesía visual contrastan técnicas y filosofías antiguas, con referentes literarios, científicos y sociales, para generar y cuestionar en el espectador quién es el observador y cómo observa.

Así, El camino del corazón se despliega como un lazo entre mundos, uniendo tradición y creación en un diálogo íntimo y universal. En esta convergencia de culturas y miradas, cada trazo y cada imagen nos invitan a reflexionar sobre la conexión entre lo efímero y lo eterno con la profundidad de quienes caminan hacia adentro.



Kotodama El camino del espejo®